Autor: Valentina Mendoza Loor, estudiante de la carrera Ciencias de la Comunicación de la USGP
Un fuerte viento rondaba al costado del teatro Greco Romano en el parque Las Vegas del cantón Portoviejo, mientras las pequeñas hojas de un árbol caían lentamente, siendo las 18H00 del 6 de noviembre de 2019, época de verano.
Su uniforme y gorra de color gris con ciertos detalles verdes, lucía unos lentes, era un hombre aproximadamente 1.75 metros de estatura, de tez canela, estaba de pie, él es Fabricio Sabando a quien con una sonrisa en el rostro se lo encontró en plena labor como conserje de limpieza del parque. En su mano cargaba una funda negra, estaba cerca de un gran tacho blanco y no dudó en tener una conversación amena.
“Yo vivo feliz con mi familia, estoy casado y tengo dos hermosas hijas, trabajo para darles lo mejor a ellas”, mencionó Sabando, mientras se restregaba la mano izquierda, sus ojos reflejaban sentimiento al hablar de sus seres queridos.
Su trabajo es rotativo en horarios, una semana labora de 07H00 a 15H00 y la siguiente de 15h00 a 00h00 de domingo a sábado, y de lunes a jueves debe escoger un día libre. “Son 7 servidores en cada uno de los dos turnos”, comentó, entre tanto, miraba a su alrededor muy atento, asegurándose de que todo esté en orden.
El césped, las flores, los árboles y la tranquilidad de la tarde, era un complemento especial, mientras Fabricio, anunciaba que su función es “basurear”, como él lo llama, de mantener limpio el patio de comidas, hacer hidrolavados en diferentes áreas y lo más duro, al momento de limpiar, son los baños, más que todo cuando hay eventos en el parque y suele salir más tarde.
Sabando, manifestó: “Durante la semana que ingreso a laborar desde las 15H00, me levanto más tarde y descansado, ya que me toca un trabajo fuerte, hasta las 00H00”, decía, en un tono seguro, mientras fruncía el ceño. La tarde estaba oscureciendo, y con un frío fenomenal cuando Fabricio se despidió y continuó con su labor.