Autor: María Fernanda Bustamante
Además de ser un lugar donde se construyen embarcaciones, se ha convertido en una zona turística.
A pesar de su costo aproximado a 1 millón de dólares, no es impedimento para levantarlas, estas se realizan a menudo y los astilleros se han dado a conocer a nivel nacional.
El astillero de Manta es un lugar popular ubicado en las playas de la parroquia Los Esteros, en la vía Puerto – Aeropuerto, donde se construyen barcos artesanales que son una especie de “naves nodrizas” para las pequeñas embarcaciones que salen a pescar, siendo este lugar el centro de concentración de los pescadores después de sus labores.
Estas embarcaciones son construidas en un lapso de 6 meses a 1 año dependiendo de la capacidad económica de las personas. Hay ocasiones en las que las construyen desde cero y otras que son llevadas para mantenimiento o para mejorarlas.
Luis Mieles, uno de los maestros de los astilleros cuenta que para la respectiva construcción de las embarcaciones se utiliza arcilla sintética, fibra y pernos para todo el barco, para que haya más seguridad y no se dañen con facilidad.
Cuando la embarcación se va al mar, va arrastrando de 12 a 20 lanchas de fibra, por eso se los cataloga como “naves nodrizas”.
Estos llevan combustible para abastecer a las lanchas o sirven como bodegas para transportar alimentos.
Antes estas embarcaciones llevaban tanques de agua o hielo, actualmente carecen de estos porque ahora van con desalinizadoras que es una máquina que extrae el agua del mar y la purifica para el consumo humano.
Los tanques que llevan los barcos ya no son metálicos, ahora son de fibra por la contaminación ya que el óxido ensuciaba el agua y el combustible, según la fuente.
También dice que los barcos no tienen planos, son construidos por la experiencia de los obreros que llevan años en esta labor.
Los tipos de madera que se utilizan son el laurel para ciertas áreas, moral fino, el tangarel que cabe destacar que es más duro que el laurel, el guayacán negro, la madera de pechiche, la quilla y el algarrobo que es una madera que casi nadie la utiliza porque es muy dura para partirlo que incluso dobla un clavo, enfatiza Mieles.