Tuesday, 30 April, 2024

PORTOVIEJO. La historia de un sueño incompleto


Autor: Leonardo Cuenca Barberán, estudiante de la carrera Ciencias de la Comunicación de la USGP

Con tan solo 20 años de edad Janeidy tiene una mirada de esperanza en el futuro y las ganas de hacer algo por su familia. Con mente positiva se levanta todos los días pensando en volver a Venezuela y poder abrazar a sus padres.

Caminando hacia la parada de bus,  espera la línea número 5, al subir y pasar entre los pasajeros siempre queda con su mano  extendida ya que  ofrece  chupetes y caramelos y nadie le compra  y  no tendrá esas monedas extras.

Llega a su empleo en donde  la mayor  parte del  tiempo  pasa parada en el quiosco” Bocaditos JR”,  prepara bolitas de carne, deditos, y otros piqueos; ya alistando todo en su trabajo siempre espera a la gente con amabilidad  porque tiene miedo de que escuchen su acento y la traten de una manera no adecuada, pero siempre trata de estar feliz porque sabe que tiene un trabajo y además de ganar su sueldo obtener  la confianza de sus jefes.

Pero no todo fue felicidad al llegar a Ecuador, hace dos años atrás teniendo poco dinero, completó lo justo para el pasaje y poder salir del problema de su país. Janeidy dejó sus estudios y su vida tradicional atrás. Ahora es empleada de un local de bocaditos en el parque Las Vegas. “Siento que si hago bien las cosas y pienso en mi futuro puedo  volver a estar con mi familia”, mencionó.

Durante esas ocho horas de trabajo, se comunica por medio de llamadas con la persona que le saca siempre una sonrisa al llegar al departamento, su novio, quien  trabaja en el parque La Rotonda en la misma empresa de bocaditos. Para ella él es su único apoyo y aliento que la ayuda a salir adelante aquí en Ecuador.

Cuando tiene tiempo libre los sábados y domingos  va al mercado y compra lo necesario para poder alimentarse junto a su novio. 

Cuando termina sus horas de trabajo camina por el parque ofreciendo sus caramelos y chupetes, a veces recibe malas caras pero también hay momentos que le compran sin aceptar algo a cambio, estas propinas  las guarda en una alcancía para poder mandar dinero a Venezuela y que su familia no pase hambre. 

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