Autor: Andrés Chilán, estudiante de la USGP
A mediados de abril China retomó su vida “normal” y la contaminación se empieza hacer presente dejando en el olvido lo que en su momento se pudo recuperar en el medio ambiente por la cuarentena que exige el coronavirus.
La reactivación de las fábricas, el circular de los carros entre otras actividades, hace que produzca un tipo gas contaminante que hace que el aire que se respira sea poco saludable y de la misma manera estas ventosidades produzcan lluvias ácidas en la atmósfera.
Según datos obtenidos por la Nasa, en la tropósfera la capa más baja de la atmósfera los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) han vuelto a ser los normales para estos meses.
Aunque con un poco de retraso por la paralización de las actividades que se dio ante la pandemia, sobre todo en las zonas centrales y orientales del país.
Se debe tener en cuenta que en febrero pasado se habían detectado una significativa disminución de contaminación en el aire como se mencionaba, especialmente en Wuhan, que fue el primer epicentro del coronavirus, así lo observó el Centro de Vuelo Espacial Goddard, de la Nasa, que monitorea la calidad del aire desde hace décadas.