PORTOVIEJO
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PORTOVIEJO. Descalza en Las Vegas

noviembre 15, 2019
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PORTOVIEJO.  Descalza en Las Vegas

Autor: Kevin Olivo

Un cielo despejado, un clima cálido y muchos pajaritos volando alrededor. Era el clima que se vivía en el parque Las Vegas, ubicado en la capital manabita.

De pronto me senté y pensé que temática hacer para una crónica, cuando inesperadamente sucedió lo que anhelaba .

Fueron ocho los minutos que una señora de contextura gruesa quitó mi atención. Pues estaba quitándose sus sandalias y colocándose una chompa azul gruesa que llevaba por dentro una funda negra de las que utilizan para recolectar basura.

La seguí mirando para ver qué hacía, aunque yo ya me lo imaginaba. Empezó a caminar descalza sobre el césped del parque dando vueltas alrededor de un árbol.

Dio alrededor de unas tres o cuatro vueltas, mientras yo pensaba en cómo acercármele para pedirle su ayuda. Me animé y lo primero que hice fue presentarme como un estudiante de la universidad San Gregorio de Portoviejo (USGP), le comenté que estaba realizando una investigación para una crónica y ella era ideal para mi trabajo.

Fue muy gentil desde el primer momento, su sonrisa te hacía sentir en un clima familiar, lo que me entusiasmó y me dio seguridad al realizar las preguntas.

Comenzamos con lo básico; conociéndonos, donde me dijo su nombre y de donde era. Todo esto mientras caminábamos juntos.

Virgina Álvarez, quien es ama de casa, mamá de tres hijos, y abuela de cuatro nietos de los cuales una es mujercita y vive con ella.
Hace cuatro o cinco años atrás, como ella lo manifiesta le empezaron a salir manchas negras en su piel.

En un principio creía que era diabetes, pero al pasar el tiempo se le diagnosticó problemas con mala circulación en la sangre, en donde rápidamente le recomendaron caminar a diario durante 45 minutos y cuidarse en sus alimentos y que también estaba pasadita de peso.

Actualmente para ella es un hábito caminar por las tardes, en ocasiones lo acompaña una vecina cuando puede.

Camina con chompas gruesas y con fundas para poder sudar aún más, al llegar a casa siempre reposa los pies durante 30 minutos a una altura de de 45 centímetros. Se siente contenta con los cambios obtenidos y ha bajado 15 kilogramos desde aquel entonces.

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